Entrevista para el Heraldo de Aragón del 27/11/2017. Puedes acceder a la noticia aqui.
Tiene 47 años y es su primera legislatura como alcalde de Bordalba (PAR). Su antepasado Francisco Caballero fue alcalde de Zaragoza y presidente de la Diputación.
¿Qué le llevó a entrar en la política local?
Faltaba gente para cubrir una concejalía y entré, por ayudar al pueblo, sin más. Cuando pasaron esos primeros cuatro años, el alcalde decidió dejarlo porque llevaba muchos años y estaba ya mayor. Dos concejales que ya estábamos y un hijo del alcalde nos presentamos, por lo que ahora los tres que estamos en el Ayuntamiento, Braulio Esteras, Ángel Esteras y yo, somos más jóvenes.
Ha tenido también un buen ejemplo en su familia.
Mi padre ya fue alcalde en los años 80 y el hermano de mi bisabuelo, Francisco Caballero, fue alcalde de Zaragoza en los años 40 y presidente de la Diputación. Por lo que esto debe venir de familia (ríe).
¿En qué situación se encuentra ahora el pueblo?
Internet llega como llega. Hay solamente cinco líneas, porque cuando ponen una más se viene abajo todo el sistema. Por lo que hay en cuatro casas y en el ayuntamiento, donde la red es abierta para dar un servicio a quien viene de fuera. Porque hoy no tener internet es vivir en una era que no corresponde.
¿Genera problemas?
Da problemas en el consultorio médico, porque llegan la enfermera y la médica, se conectan pero les da fallo y no pueden hacer recetas. Se tienen que bajar a Ariza.
¿Tampoco tienen cobertura de móvil?
En muchas partes del término municipal, no. Te pasa cualquier cosa en el campo y estás perdido porque estás aislado. En el pueblo aún es peor porque hay gente muy mayor que sí tiene fijo, pero otros que solo vienen de Semana Santa hasta el Pilar no tienen teléfono fijo y están sin cobertura. Si les pasa cualquier cosa no pueden avisar ni a hijos, ni a médicos, ni a bomberos.
¿Con qué servicios cuentan?
Tenemos el consultorio que depende del centro de salud de Ariza y funciona con cita previa. Para urgencias llamas y acuden desde allí. El problema es que si les han avisado, por ejemplo, desde Sisamón tenemos 40 kilómetros, más de 40 minutos. Eso, ante una emergencia, es mucho tiempo.
¿Hay bar?
Las personas que lo llevaban se jubilaron y lo dejaron. Lo abrimos un poco entre todos: quien toma su consumición echa el dinero a un bote y limpiamos también cada uno. Sin bar no tendríamos dónde reunirnos, tanto la gente mayor como quienes trabajamos y acabamos por la tarde.
Bordalba tiene ahora unos 59 habitantes censados.
El pueblo corre grave peligro de desaparecer. En 20 años puede que no quede prácticamente nadie aquí; que vengamos en la época de más faena a vivir y ya está.
¿Y cuál podría ser la solución?
No es fácil, porque no hay empresas o algo que pueda atraer a gente al pueblo. Será un pueblo recreativo y de fin de semana. No le veo solución. A ver el plan contra la despoblación que ha salido ahora si nos puede ayudar de alguna manera y reaviva el pueblo. Nos queda esa esperanza y lo tendremos que intentar.
Sin embargo, la localidad tiene un importante pasado histórico.
Sí. Ya desde antes de la Guerra de los Dos Pedros, cuando en el castillo (hoy casi desaparecido) se firmó el pacto de Bordalba. Siempre ha habido una buena relación con Castilla y León. Estamos solo a 8 kilómetros de Deza.
¿La asociación cultural tiene una gran actividad?
Con la Asociación La Muriega tenemos un gran apoyo porque, con casi 300 socios, fomentan las actividades en el pueblo, sobre todo con la semana cultural.
Hace años recuperaron los manantiales. ¿Cuál es ahora su situación?
Es grave. Desde junio hasta el pasado lunes, el pozo ha estado bombeando agua no potable que va a la red pública para lavar o cocinar. La buena, la de manantial, solo la tenemos en las fuentes. Quien quiere agua potable tiene que ir allí a beber. Un depósito está agrietado y estamos pendientes de una ayuda de emergencia para solucionarlo y tener más capacidad de almacenamiento.
¿Por qué un tablón de anuncios municipal a través de una app como Telegram?
Si ponemos un aviso en el tablón de la puerta del ayuntamiento lo ven cuatro vecinos, pero si utilizas una plataforma llegas a aquellos hijos del pueblo que están en Zaragoza, Madrid o Barcelona.
El archivo parroquial se trasladó a Tarazona y ustedes se quejaron al Obispado, ¿cómo está la situación?
Arrastramos las consecuencias. El párroco se puso enfermo y hemos estado una temporada en la que no han venido a dar misa. Ya hemos normalizado la situación. El problema es cómo se hicieron las cosas, porque si hubieran venido a explicarnos el traslado… pero eso de llevarse los libros con nocturnidad, sin que nadie lo viera y darnos cuenta pasados los meses, sin que nos avisaran, sentó muy mal.
Pidieron una copia digitalizada.
Sí, pero ni nos la han enviado ni sabemos si nos la van a dar. Las relaciones están rotas. No hay diálogo con el Obispado.