Bordalba – Asociación Cultural "La Muriega"

Pregón de Fiestas 2014

Luis Manuel Caballero Jimenez.

pregon2014

Excmo. Sr Alcalde de Bordalba, miembros del Ayuntamiento y de la Asociación Cultural «la Muriega». Paisanos, familiares, amigos.
¡Gracias por vuestra presencia en este acto!
Me habéis dado el honor de ser el pregonero en esta V Semana Cultural, de las fiestas de la Asunción y de San Roque de nuestro pueblo.
Trataré de ser breve, ameno y complacer a todos los presentes en esta plaza bordalbeña.

En el pregón de esta V Semana Cultural, se me ha pedido que hable y comente la Vida y obra del que ya tiene dedicada una magnífica plaza, con una placa de cerámica vidriada, nuestro distinguido hijo de Borbalba «Juan Ramírez Mejandre», conocido
ya por todos por el concurso de dibujo que lleva su nombre.
Dicha plaza ha sido posible al empeño y esfuerzo de muchas personas, a las que desde aquí les doy las gracias. También les invito y les animo a que continúen mejorándola con otros elementos escultóricos y colocando el arco del portal que ocupaba la antigua casa derribada.

Juan Ramírez Mejandre nació el 23 de marzo del año 1680, y días después, el 7 de abril, recibía el bautismo en la lglesia parroquial de la Purísima con el padrinazgo de su tío, llamado Agustín Ramírez. Juan era hijo de María Mejandre y del tallista Pascual Ramírez, ambos oriundos de Bordalba.

De su padre aprendió los primeros conocimientos del dibujo.Desde temprana edad mostró gran afición por las gubias y la escultura. Sus padres no dudaron en potenciar sus aptitudes y, en torno a 1693, lo enviaron a Zaragoza para trabajar en el taller del reputado escultor bilbilitano Gregorio Mesa. Este taller estaba considerado como el más importante a finales del siglo XVll y principios del XVlll.

Allí asimiló intachablemente las enseñanzas de sus maestros, a las que añadió los cambios estéticos que el siglo XVIII llevaba consigo. Recogió el legado del arte depositado en Zaragoza, por Forment, Yoly y Ancheta y hará que perdure en las centurias que abarcan el barroco aragonés. Sobre 1705 tras seis años de aprendiz, uno de añero y cinco de mancebo consiguió la categoría de «maestro escultor y dorador», por el gremio de carpinteros y escultores.

No está claro, si se independizó de Mesa, si montó su propio taller en Zaragoza, o si trabajaban conjuntamente, atendiendo los contratos, bien como asociado o como independiente. Entre 1705 y 1714, vivió en los pueblos oscenses de Laguarres, cerca de Graus, y Baells, cerca de Tamarite, donde nacieron dos de los cinco hijos que tuvo en su matrimonio con María Rodríguez de Arellano. Estos fueron: María Teresa, que casó con Félix Plano, maestro escultor. José, que es considerado como el mejor escultor del barroco en Aragón. Podéis ver las esculturas de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar. Ya en Zaragoza nacieron Manuel, escultor y oblato cartujo del monasterio de Aula Dei; María Francisca, religiosa del convento de la Encarnación y Juan, pintor y Músico.

El año 1714, Juan Ramírez vuelve a Zaragoza con su familia, que se emplazan en su casa y taller de la calle de San Andrés, donde establece la primera «academia para el estudio teórico y práctico del dibujo y de la arquitectura» habida en Zaragoza. A ella acudieron alumnos ansiosos de recibir sus enseñanzas, algunos de los cuales se convirtieron en sus discípulos y ayudantes. Los estudios impartidos se basaban en la copia del natural del cuerpo humano y de su anatomía, lo que suponía en la obra armonía, orden y proporción, sin olvidarse de su perspectiva. En este año 2014 celebramos el trescientos aniversario de su fundación.

La muerte de Juan Ramirez acaeció el 15 de julio de 1739 y fue enterrado en San Gil. Su hijo José Ramírez de Arellano asumió la dirección de la academia-taller que perteneció a su padre, y décadas después, en 1752, lo trasladó a la calle de la Fuenclara, ni* 15. Con el tiempo, algunos de los que aquí se formaron fundarán la «Academia de Bellas Artes de San Luis». Asi, en 1792, el rey Carlos IV elevó la Escuela de Dibujo de Zaragoza a la categoría de Real Academia, con el nombre de San Luis, siendo la última tras la de San Fernando en Madrid, Santa lsabel en Sevilla y San Carlos en Valencia.

La escultura de Juan Ramirez llena los cuarenta primeros años del siglo XVlll, época de transición en la que se mezclan múltiples y variadas tendencias. En su obra se percibe un triple proceso que opera e influye decisivamente en el espiritu de su obra: realismo, barroquismo y espíritu clásico.

Poca obra de él se conserva, eso sí, suficiente para conocer su gran trabajo desarrollado en las iglesias, conventos y catedrales. Entre ellas el «Retablo de la iglesia del Seminario de San Carlos» con esculturas de magnifica factura, talladas en madera, policromadas, de tamaño natural, colocadas sobre ménsulas en las inter-columnas, moda que ideó el jesuita Loarre en Zaragoza y que haría fructificar su hijo José Ramírez de Arellano en las iglesias de San Felipe y Santiago el Menor, San Gil y La Magdalena.

También se conserva «El remate de la reja del Coro de La Seo», situado frente al altar mayor con un conjunto de imágenes escultóricas colocadas sobre pedestales. En el centro se halla «El Salvador», a la derecha San Pedro, y a la izquierda San Pablo. Todas ellas son de tamaño natural, talladas en madera y doradas, no policromadas. La obra es de muy buena hechura y calidad. Las imágenes escultóricas están colocadas a unos siete metros de altura, para ser admiradas desde el centro del crucero en perpendicular a la figura del Salvador, con una efectiva colocación teatral barroca, en penumbra cuando son contorneadas por la intensa luz proveniente de los óculos, crea un efecto teatral de transfiguración. Los vestidos descienden en lineas suaves de acusados pliegues y rígidas aristas. Las actitudes son expresivas. Este conjunto es uno de los mejores del Barroco zaragozano del siglo XVIII.

Otra obra que merece la pena ser conocida y admirada es la decoración escultórlca del «Cristo Triunfante», de tamaño natural. Está situada en medio del pináculo, y seis ángeles con los
atributos de la pasión algo más pequeños de tamaño, colocados en cada una de las seis volutas que rematan las columnas del «baldaquino de la Capilla del Santo Cristo de La Seo». Juan Ramírez hizo esta obra entre 1720-1731. Fue inaugurada el 29 de abril. de 1731. Cobró por ella 4479 libras jaquesas, 9 sueldos y 5 dineros.
Como conclusión, las esculturas de-Juan Ramírez se definen por las siguientes características: cabezas poderosas, con grandes rizos, bocas angulosas, narices prominentes y rectas. El trazado de túnicas y mantos responde a una forma de resolver la escultura de bulto a base de volúmenes apretados barrocos y concepción y disposición de luces renacentistas.

De nosotros depende que la obra de este paisano nuestro sea conocida, comentada y divulgada en los medios audiovisuales, tarea que corresponde ya a los jóvenes, incluso puede servir para hacer alguna licenciatura o tesis doctoral, que catalogue en imágenes toda su obra.

Mucho ha mejorado la imagen del pueblo en sus calles, casas y monumentos, sigamos con esta tarea y no dejemos en la medida de lo posible que el patrimonio recibido de nuestros mayores se deteriore o desaparezca, pudiendo así las nuevas generaciones disfrutar del legado recibido. Y por fin, en esta tarde del 14 de agosto del año 2014, un recuerdo entrañable a nuestros mayores, y a todos os deseo que disfrutéis de unas merecidas, buenas y felices fiestas. ¡Viva La Asunción y San Roque! ¡Viva Bordalba!.

 

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